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Jeremy Mederos

Koselleck y la Histórica Epistemología de las Ciencias Sociales

Eso que constituye a la historia como historia, no se puede derivar nunca solo de las fuentes: es precisa una teoría de la historia posible para hacer hablar a las fuentes. La parcialidad y la objetividad se limitan de un modo nuevo en el campo de la tensión entre la formación de la teoría y la exégesis de las fuentes. La una sin la otra son inútiles para la investigación1

© 2018 Esteban Yeray García Mederos Master de Epistemología de las ciencias naturales y sociales Facultad de Filosofía UCM

Introducción.

Reinhart Koselleck uno de los historiadores más grandes de la Alemania del mediado del siglo XX y comienzos del XXI, y otro de los maestros de la escuela de la Historia conceptual. Este autor nos acerca hacia una epistemología de la historia de conceptos políticos con un doble criterio entre factores e índices, teniendo como objeto de estudio las fuentes escritas (textos) y analiza los cambios semánticos de los enunciados por los mismos actores históricos. Koselleck ha planteado la problemática del cambio desde el devenir de la experiencia, la temporalidad y la historia; es decir desde la experiencia histórica y desde los cambios del tiempo histórico, muestra así su influencia y su neokantismo trascendental donde no concibe el tiempo como algo dado, sino que la experiencia del tiempo y el espacio son las de la experiencia histórica, alterando así cambios de métodos a la hora de percibir las anteriores. La crítica del alemán es no tomar a la historia como objeto aislado de aquellos que la encarnan y la piensan, ya que ocurre el peligro de convertirse en un análisis descontextualizado de una agrupación de hechos bajo el canon tradicional causa-efecto, bajo el mito de progreso ilustrado, o bajo una reinterpretación hermenéutica de estos mismos, sujeto a esta última a un examen pragmatista con fines útiles para el presente.

Habla de conceptos porque es el almacén de la memoria social de cada tiempo, y con esto no quiere eliminar las historias particulares, sino sobre estas, que tienen un estatus único e irrepetible reafirma su dignidad ontológica e histórica. En otras palabras, “todas las vidas se constituyen a partir de experiencias particulares, tanto de experiencias nuevas y sorprendentes, como de la repetición rutinaria de experiencias anteriores. Para efectuar o acumular experiencias, es decir, para integrarlas en la vida de cada uno, se necesitan conceptos, pues los conceptos permiten guardar y retener las experiencias incluso cuando éstas ya se han desvanecido”2. 

1 Reinhart Koselleck, Futuro Pasado. Para una semántica de los tiempos históricos (Barcelona: Paidós, 1993), pp. 201.

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